Isla Mocha es un territorio único en Chile para la conservación y regeneración de ecosistemas, siendo el hábitat de una biodiversidad muy particular con un número importante de especies endémicas como la ranita y el degú de la Mocha que solo habitan en esta isla. Es uno de los únicos dos sitios de nidificación a nivel global de la fardela blanca, un ave migratoria en peligro de extinción, que cada año vuela desde las costas de Estados Unidos y Canadá para nidificar en la isla Mocha y Juan Fernández. El 50% de su superficie, son centenarios bosques templados lluviosos que están protegidos como Reserva Nacional administrada por la Corporación Nacional Forestal Nacional (CONAF) y se caracterizan por ser uno de los bosques valdivianos mejor conservados del país, cuya biodiversidad los convierte en un tesoro para la humanidad. Además Isla Mocha es considerada como un lugar irreemplazable en el mundo por la Alliance for Zero Extinction por la presencia de especies endémicas.

 

La isla, ubicada 30 km frente a las costas de Tirúa en la Región del Biobío, es el hogar de aproximadamente 600 personas, dedicadas principalmente a actividades ganaderas, la recolección de algas, la pesca, la agricultura de subsistencia y el turismo. La comunidad de Isla Mocha (público objetivo principal) puede caracterizarse como “rural” y “vulnerable” debido a su pronunciado aislamiento, pues la conectividad entre la Isla y el continente es difícil. Esto limita el acceso a servicios básicos (salud, educación, electricidad y agua potable, entre otros) y programas culturales, y permite una economía local pequeña y poco dinamizada, la cual se vio fuertemente afectada por la pandemia. La comunidad guarda una cultura propia, basada en formas de vida y actividades desempeñadas por generaciones acostumbradas a un estilo de vida comunitario, ligada al trabajo agrícola en la tierra y a la pesca en el mar. 

 

Lamentablemente, alrededor del bosque y bordeando la costa, hay extensas zonas que fueron despejadas por los colonos para establecer praderas agrícolas y que hoy se encuentran completamente degradadas. Estos sectores que solían ser bosque, tienen una urgente necesidad de regeneración para poder seguir desarrollando actividades agrícolas sostenibles para la subsistencia de la comunidad local. Junto con esto, es fundamental promover usos sustentables del ciclo de agua, que permitan abastecer la alimentación y acceso a agua potable de la comunidad local. Lo anterior es urgente debido a la situación actual de sequía en la zona, provocada por los cambios en los patrones climáticos a raíz de la crisis climática actual. Dicho de otro modo, esta comunidad se encuentra completamente expuesta a la crisis socio-ambiental provocada por la crisis climática, con un conocimiento limitado respecto a la urgencia de esta situación, y sobre métodos y herramientas para sobrellevarla.

 

En 2021, Regenerativa empezó a trabajar junto con Oikonos, para responder a la alta deserción de jóvenes de la isla, dado la limitada oportunidad de desarrollo individual en la isla. En colaboración, se ofrecieron actividades de educación medioambiental a los niños y las niñas del jardín infantil y el colegio, con el objetivo de fortalecer la memoria biocultural de la isla. 

 

Buscando profundizar estos esfuerzos colectivos de regeneración y sanear la falta de programación cultural de la isla, durante el 2023 surge la oportunidad para Regenerativa y Oikonos de promover una residencia artística en Isla Mocha para artistas locales de la región del Biobío, que permita tejer un proceso colectivo de activación, formación, intercambio y creación, que culminará en el diseño de un mural para el espacio exterior del jardín infantil o escuela. Este se realizará durante una segunda etapa de este proyecto, posterior a la residencia artística.